Distancia y Proximidad en los Negocios

Distancia y proximidad en los negocios

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Genera una buena primera impresión respetando el espacio de las demás personas. El respeto por el espacio personal muestra tu profesionalismo y tus habilidades sociales.

 

De acuerdo a los estándares de Institute of Image Training and Testing International (IITTI) el espacio interpersonal aceptable difiere de país a país y de región a región, en Canadá y Estados Unidos es el siguiente:

El espacio íntimo ocurre cuando mantenemos menos de medio brazo de distancia con el interlocutor,  esta distancia no es recomendable en los negocios dado que invade el espacio personal. Usualmente, dos personas con mucha confianza entre ambas (como  novios, familiares o amigos cercanos) suelen interactuar en una distancia de hasta medio brazo.

Sin embargo, algunas personas usan “juegos de poder” para invadir ese espacio y aprovechar este estado de confusión y vulnerabilidad. Cuando ocurre en los negocios puede ser para intimidar al interlocutor como es el caso de la imagen del Presidente Lyndon Johnson con Abe Fortas.

Otra interpretación, cuando una persona ingresa al espacio íntimo de otra, es una indicación de que la otra parte quiere algo más que una simple amistad.

 El espacio personal ocurre cuando mantenemos entre medio brazo y un brazo de distancia con el interlocutor. Es la distancia ideal para negocios cuando conversas o das un saludo de mano. Normalmente cuanto más te gusta interactuar con alguien inclinas el cuerpo hacia adelante o también te vas acercando más, llegando a acortar la distancia y pasando al espacio íntimo.

El espacio social ocurre cuando mantenemos de uno a dos brazos de distancia con el interlocutor. Esta distancia es frecuente en reuniones o en salones de clase. También es la distancia ideal para iniciar una conversación entre dos personas que no se conocen bien, como por ejemplo en un evento de networking.

El espacio público ocurre cuando mantenemos  más de dos brazos de distancia con el interlocutor. Esta distancia es frecuente en salas de conferencias cuando el orador se dirige a un gran grupo, también lo vemos en situaciones casuales como conciertos y teatros (lugares donde la audiencia ve al expositor pero el expositor no los ve). Es una distancia para observar a las demás personas sin necesidad de interactuar.